jueves, 6 de agosto de 2009

Sociología del Trabajo

Monografía sobre SUR YA

Centro PsicoSocial Sur-Palermo

Uruguay

por

Mauricio Falcón Vignoli

(Association Culturelle Sousencre, France)



INTRODUCCIÓN.


Lo primero que me sorprende del emprendimiento SUR YA es el recibimiento que nos brindan. Estas personas estaban esperándonos con ansiedad y enseguida nos hacen subir por la escalera que nos lleva a su base de trabajo. Por el estado general de la casa, está claro que no hay dinero para reparaciones, pero hay talento para la organización del trabajo a bajo costo. El lugar tiene mesas largas en dos de los cuartos, muy bien iluminados, y una más en el corredor que lleva hacia la cocina y a otro cuarto con sofás en donde realizaremos la primera entrevista. Todo es funcional al trabajo que hacen.

Conocí una rebelión, una lucha en silencio, espontánea y provocada a la vez, dirigida a superar adversidades surgidas por diferentes motivos, como las exigencias del mercado laboral y las limitaciones económicas y personales.

El emprendimiento comenzó como una idea surgida, casi por casualidad, en el Centro de rehabilitación Psicosocial Sur Palermo. Allí venían constatando que a las personas, luego de rehabilitadas, les costaba insertarse en la sociedad y más que nada en lo laboral. Concretamente surge por unas cartas que el centro debía entregar y le piden a algunas de estas personas, que iban regularmente aunque ya estaban rehabilitadas, que las entreguen. De este modo es que empiezan a funcionar.

SUR YA es un correo privado, y lo más peculiar es que las entregas las realizan a pie, en bicicleta o en ómnibus, aprovechando el hecho de que sus miembros tienen pases libres para viajar. Sus integrantes deben ser rehabilitados y seguir en tratamiento, de una enfermedad psicológica y ser invitados a participar, según lo requiera el volumen de trabajo.

Nos cuentan que se reúnen todos los viernes de tarde, y deciden los temas importantes entre todos, que para las decisiones diarias de trabajo, cuentan con dos referentes que los ayudan, y que tienen un sentido comunitario del trabajo, en el sentido de que todos se apoyan y las tareas se comparten.

La forma jurídica es la de una cooperativa social. Han tenido muy escaso apoyo del Estado, solamente a través de Procladis (computación y tres motos, que no usan). Desde el 2004 están en el MIDES y hace poco tiempo que tienen exoneración de aportes al BPS .

Tienen varios clientes fijos, y compiten en el mercado en forma satisfactoria, manejan precios muy competitivos, aunque han tenido que perder algunos clientes porque no pueden cumplir con grandes volúmenes de entregas. Son económicamente autosuficientes, aunque no les sobre mucho. Tienen una fuente de ingreso y de trabajo completamente formal y están muy orgullosos de lo que hacen.

En cuanto a las relaciones laborales en el emprendimiento, tienen un sistema justo, que asegura una distribución equitativa, evitando problemas internos porque todos ganan de acuerdo al trabajo realizado; tienen una muy buena cultura de trabajo y un buen clima laboral que lo hace viable, y están basados en un sistema de valores y de relacionamiento entre los trabajadores muy fuerte. A su vez, no siempre hacen la misma tarea, de tal forma que logran rotar y se sienten satisfechos cuando pueden ampliar las tareas que realizan.

Toman el trabajo como una necesidad no sólo económica, en el sentido de forma de ganar dinero, sino que le dan un valor de utilidad, de pertenencia a la sociedad, de sentirse útiles para si y para otros, y como forma de no retroceder y seguir avanzando. Además tienen la oportunidad de probarse a sí mismos porque no es un juego, están en el mundo real, cumpliendo con los compromisos asumidos con sus clientes.

Aunque no es el único ingreso que reciben, puesto que todos tienen una pensión por discapacidad, logran tener una vida digna y satisfactoria gracias al trabajo que realizan.

Y si lo vemos desde el punto de vista del concepto de trabajo, entendido como hecho que modifica un objeto, su utilidad en el sentido que sirve para algo, y su racionalidad, como proceso mental que luego se ejecuta, vemos claramente que este emprendimiento no es un lugar donde se curan las personas sino que es un lugar en el que todos trabajan.



ECONOMÍA DE SOLIDARIDAD. MARCO TEÓRICO.


Origen

La Economía de Solidaridad surge gracias al trabajo de Luis Razeto. Analizando emprendimientos económicos de bajos recursos se da cuenta que hay algo que hace que funcionen a pesar de todo. Lo extrae del mundo de la economía, pero el concepto es tomado por los actores sociales y los sociólogos, y toma dimensiones que su autor ya no puede controlar.

Razeto elabora una teoría científica que explica formas de hacer economía no convencional, dándoles un marco teórico del cual sacar criterios para la toma de decisiones.

Decía en una entrevista[1] “las primeras manifestaciones de lo que hoy entendemos como economía de solidaridad, tendremos que retroceder probablemente hasta los comienzos de la historia. Desde siempre ha habido personas que trabajan juntas para producir lo que necesitan para satisfacer sus necesidades comunes…” argumentando en el sentido que no es algo nuevo la solidaridad, sino que siempre existió como parte de la convivencia humana. En tal sentido podemos citar a Mc Nall Burns[2] hablando del hombre del paleolítico superior: “Es seguro que cocinaba pues se han descubierto enormes fogones, evidentemente usados para asar carne. Próximo a uno de ellos, en Solutré, al sur de Francia, se encontró una masa de huesos calcinados que se calcula en 100.000 animales grandes.”…”La profusión de huesos calcinados en Solutré y otros lugares indica probablemente esfuerzo conjunto en la caza y el reparto de lo obtenido…”.

A lo largo de toda la historia humana pueden encontrarse ejemplos de cooperación, pero hoy vivimos bajo el paradigma capitalista y creemos que la única forma de relacionarnos es la que impera en este momento, sin analizar el pasado. Comenzó, el paradigma capitalista, con la Revolución Industrial en Inglaterra, y la noción de “homo oeconomicus” de Adam Smith, al plantear que todo lo que hacemos es egoísta y calculado. Es la teoría de la racionalidad instrumental.

En otra entrevista[3] habla de que parece un contrasentido decir “economía solidaria”, porque estas dos palabras forman parte de discursos separados. “La separación se da por el contenido que suele darse a ambas nociones. Cuando hablamos de economía nos referimos a utilidad, escasez, intereses, competencia, etc. Y los valores asociados son la iniciativa, la eficiencia, etc. No la solidaridad, ni la gratuidad. Cuando hablamos de solidaridad nos referimos a la benevolencia o generosidad con los pobres y necesitados, a la participación en comunidades integradas por vínculos de amistad y reciprocidad.”

Explica que las personas que enfatizan la solidaridad en las relaciones, tienden a menospreciar el dedicarse a una actividad comercial o de negocios. Y tratan de incidir “desde fuera” denunciando las injusticias que genera la economía.

Concluye que debemos desarrollar desde dentro de la economía un proceso por el cual se nutra de solidaridad.



Desarrollo

Pablo Guerra[4] nos brinda una definición “…un modo especial y distinto de hacer economía, que por sus características propias consideramos alternativas respecto de los modos capitalista y estatista predominantes en los mercados determinados.”

Asimismo, Razeto plantea “la necesidad de introducir la solidaridad en la economía, incorporar la solidaridad en la teoría y en la práctica de la economía.” Y agrega: “Lo que sostenemos es que la solidaridad se introduzca en la economía misma, que opere y actúe en las diversas fases del ciclo económico, o sea, en la producción, circulación, consumo y acumulación.

Nuestra idea de la economía de solidaridad es que la solidaridad sea tanta que llegue a transformar desde dentro y estructuralmente a la economía, generando nuevos y verdaderos equilibrios.”

Se debe poner solidaridad “en las empresas, en el mercado, en el sector público, en las políticas económicas, en el consumo, en el gasto social y personal.”

Acepta que la presencia de la solidaridad en el mercado de hoy es muy escasa, pero que sin duda está presente cuando se negocia colectivamente, por el hecho que algunos arriesgan su empleo para obtener beneficios para todos.

Reconoce dos dimensiones porque se manifiesta de distintas maneras, según se haga presente en las diferentes actividades económicas. Una en la medida en que dentro de la economía en general crezca la presencia de la solidaridad por la acción de las personas que la organizan; y dos, en una parte o sector en el que el elemento articulador de los procesos económicos sea la solidaridad.

Concibe a esta economía como un gran espacio al que se llega desde diversos caminos, que se originan por diferentes circunstancias. Y se van encontrando, relacionando y enriqueciendo entre ellas. Menciona diez caminos, entre ellos: el camino del trabajo, el de la participación social, el del desarrollo alternativo, etc.

Decididamente Razeto va un paso más y explica que la economía solidaria es[5] “una búsqueda teórica y práctica de formas alternativas de hacer economía, basadas en la solidaridad y el trabajo”. En el mismo sentido la definición de P. Guerra, antes mencionada, utiliza para describirla la palabra “alternativa”, haciendo referencia en su trabajo[6] al término “economías alternativas”, indicando que “…se está queriendo marcar distancia tanto con la empresa del Estado como con la gran empresa capitalista, utilizando para ello y por ello, características muy amplias: Una economía donde las formas son menos estructuradas, menos codificadas y menos reguladas, en consecuencia una economía más flexible y más abierta a las nuevas demandas sociales…”.

La idea central es que al introducir mayores niveles de solidaridad en las actividades económicas, a nivel de las empresas y los mercados, esto hace que se incremente la eficiencia y a la vez genera un conjunto de otros beneficios sociales y culturales.

Es una búsqueda de herramientas para explicar lo que sucede en parte de la sociedad actual, en experiencias espontáneas, para poder comprender mejor y dar un paso más.



El Factor “C”

Para poder entender el concepto de economía solidaria, hay que hablar de lo que Razeto denomina el Factor “C”.

Se le llama factores económicos a “los elementos con los cuales se hace economía. Que se expresan a través de otros lenguajes económicos, como fuerzas productivas.”[7] Generan la producción y por tanto la riqueza.

En la teoría clásica son la tierra, el capital y el trabajo. Luego, las teorías neoclásicas dicen que son el capital y el trabajo. Las modernas teorías hablan de cinco factores económicos con los que se produce, a saber: fuerza de trabajo, medios materiales, tecnología, financiamiento, y gestión.

Pero Razeto dice que hay un sexto factor, que lo llama “C”, porque con esta letra comienzan varias palabras que expresan el contenido, por ejemplo “compañerismo, comunidad, compartir, comunión, colectividad.”

Descubrió el Factor “C” analizando organizaciones solidarias. No podían entender como era que funcionaban, porque no les daban las cifras.

Analizando los factores, los medios materiales y el financiamiento son mínimos, casi sin capital. La tecnología, muy pobre. La fuerza de trabajo poco calificada y poco eficiente. La gestión la llevan adelante personas con poco estudio, no acostumbradas a tomar decisiones.

“Sin embargo, en esas unidades económicas que estaban operando con todos estos factores tan escasos y de baja productividad, la productividad era mucho mayor a la suma de los factores”.

¿Cómo se explica? Con el Factor “C”. El elemento que logra estos resultados casi imposibles, con todo en contra, es la solidaridad. “Es esa fuerza de hacer las cosas juntos, de hacerlas con espíritu, de hacerlas con unión, con cooperación, que es un factor que empieza a suplir las limitaciones de los otros factores…”

Pero lo más importante es que sostiene que este factor “C” no es exclusivo de las empresas que participan de la economía solidaria, sino que es común a todas las formas de la economía en general. Dice: “Todas las formas económicas en alguna medida utilizan este factor “C””.

Esto es lo que verdaderamente transforma a las empresas y logra mejores resultados.

En el mismo sentido, P. Guerra[8] expresa “Señalemos sin embargo, que el uso de este factor no está reservado a las empresas alternativas. Prueba de ello es la insistencia con la que se han movido grandes empresas capitalistas por reforzar las relaciones humanas entre sus miembros. El impacto de la Escuela de las Relaciones Humanas por un lado, y la nueva oleada en materia de técnicas de Gestión participativa, son indicadores de esta tendencia.”



Manifestación

Tiene una triple manifestación, el concepto de economía solidaria.

Se puede hablar como movimiento de ideas. Esto significa que no es sólo un conjunto de recetas económicas a aplicar, sino que tiene componentes de ideología, porque intenta convencer.

Reclaman mayor equidad, mayor participación y mayor justicia y, por lo tanto, se oponen al “status quo” imperante. Cuestionan algunas consecuencias generadas por modelos económicos, por ej.: desarrollo equiparado a mero crecimiento. Se debe poner énfasis en la calidad de vida. Y proponen el comercio justo, el consumo responsable, la producción solidaria, etc.

Cobran protagonismo en el Primer Foro Social Mundial celebrado en Porto Alegre. Lo que se vivió allí lo describe muy bien Naomi Klein[9]: “”¡Estamos aquí para demostrarle al mundo que otro mundo es posible!”, dijo el hombre que estaba encima del escenario, y una muchedumbre de diez mil personas rugió en señal de aprobación. No estábamos aclamando un nuevo mundo en concreto, sino su posibilidad. Estábamos aclamando la idea de que, en teoría, otro mundo podría existir.”

En definitiva, es otra forma de organizarnos económicamente.

En segundo lugar, se habla de un nuevo paradigma científico, porque se engloban una serie de conceptos, que son diferentes a los que existen hasta ahora para explicar los fenómenos económicos y sociales. Hay un intento por superar el concepto de egoísmo del que hablan los economistas clásicos como motor de la economía. Se trata de superar esto con otro paradigma.

Esto explica muchos de nuestros actos, pero no es todo lo que somos. Hay otros motivos que nos mueven como el amor y la solidaridad. Y se rescata a la familia como primera unidad de economía solidaria.

Se mira en la micro economía y la generación de riqueza en un proceso productivo, haciendo énfasis en la gestión, en los trabajadores calificados, en las condiciones de trabajo. Es el factor fundante en las empresas, relacionado al factor “C”. Tiene gran importancia el clima de trabajo y la forma en que se distribuyen las ganancias.

En tercer lugar, se dice que es un nuevo sector de la economía.

No responde a la lógica capitalista, aunque convive con ella y se relaciona, y no sigue la lógica del Estado. Es un nuevo sector.

Se le llama “tercer sector”, teniendo diferentes contenidos según se lo relacione “…con una tercera lógica de hacer economía, más allá de la mercantil y de la estatal, con identidad propia en las diversas fases de producción y en términos generales, también en cuanto a la racionalidad empleada.”, o con una lógica basada en lo organizacional.[10]

Este autor analiza las partes de un acto económico referido a la economía solidaria, diciendo que “en el plano de la producción, el elemento sustancial definitorio…está dado por la presencia central del factor C como categoría organizadora.”[11]

En el plano de la distribución “lo distintivo y definitorio” es que los bienes y servicios producidos “fluyen, se asignan y distribuyen” no sólo como en el sector capitalista, “sino también mediante otras relaciones económicas que permiten una mayor integración social.” [12]

En el proceso de consumo “la solidaridad se verifica en una particular forma de consumir que se apoya en una cultura diferente a la predominante en cuanto satisfacción de las necesidades.” Esto lleva a una valoración mayor de los “problemas ecológicos”[13] y a una visión diferente sobre la obtención de la satisfacción. En este paradigma de lo que se trata es de obtener satisfacción deseando menos, y no comprando más, que es el dictado del consumismo. Son las formas en como se llega a la satisfacción.

Y en cuanto a la acumulación, Razeto la ve en las reuniones y festejos que se dan en los emprendimientos, en el hecho de que deciden gastar los escasos recursos en estar juntos reunidos y no usarlos en comprar algo que necesiten. Pero si no hicieran estas reuniones, el emprendimiento no funcionaría como tal, perdería esa fuerza que lo hace existir.



ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN.


SUR YA es un emprendimiento netamente urbano, están dedicados al envío de correspondencia en la ciudad de Montevideo. Pero lo hacen de una forma muy particular. Usan como medio de locomoción el transporte público, o lo hacen a pie o en bicicleta. No utilizan motos ni camionetas.

Está integrado por veinte personas, de las cuales seis son mujeres. Y ninguno de ellos es menor de 30 años.

Existe desde hace seis años y relacionándolo con lo anterior, se puede decir que son personas que en algún momento de su vida tuvieron dificultades de empleo.

Se sienten integrantes, en alguna medida del MIDES, porque lo nombran al preguntarles si hay alguna red, federación o nucleamiento que los represente. Adoptaron como forma jurídica la Cooperativa Social.

Son parte del sector terciario de la economía, porque se mueven dentro del sector de los servicios.

En cuanto a algún tipo de ayuda recibida de organismos públicos, Procladis les brindó elementos de computación y tres motos, que no usan ni pueden devolver, aunque lo plantearon, y por lo tanto están guardadas sin usar y no aprovechadas por otras personas.

En lo que se refiere a la facturación y la viabilidad del emprendimiento, se autofinancia con lo que recibe por su actividad, pero no tienen capacidad de ahorro, siendo el capital un problema constante. Utilizan muy bien las ventajas que tienen, porque nos cuentan que al tener pases libres en el transporte pueden moverse a muy bajo costo.

Al preguntar por lo que están haciendo en forma conjunta, se inclina por la prestación de un servicio, la comercialización y el uso de infraestructura. Y en cuanto al espacio de comercialización, a lo que se dedican es a la venta directa a clientes, no necesitan locales comerciales, ni participar en ferias para obtener recursos. Una vez obtenidos los clientes, tienen que mantenerlos procurando cumplir con las entregas.

Optan por la opción de que las decisiones importantes se toman en grupo, y no en conjunto, porque es muy difícil reunirlos a todos y siempre hay algunos integrantes que no concurren por diferentes motivos. Pero todos saben que luego de tomada la decisión, todos deben respetarla y acatarla, cosa que hacen sin problemas. Es más bien un tema de funcionamiento interno. Porque si fuera necesario que todos estuvieran presentes, no podrían funcionar. Lo importante es que respetan y valoran las decisiones que se tomaron en grupo como obligatorias para todos los miembros, hayan o no participado.

El emprendimiento está conformado por dieciséis cooperativistas, todos ellos trabajan, directamente, repartiendo las cartas y encomiendas, y cuatro trabajadores asalariados, en relación de dependencia en materia laboral, que hacen tareas de administración y organización diaria. Dos de ellos son además referentes del grupo, porque para ser parte de la cooperativa se necesita como requisito haber estado en rehabilitación de una enfermedad psicológica y haberla completado con éxito. En definitiva, se apoyan mucho entre ellos, y consultan a los psicólogos, que son empleados de SUR YA, no son de una ONG que los apoya. Son parte del emprendimiento, están contratados en forma permanente, no temporal.

Tienen un pequeño fondo común para solventar gastos de funcionamiento diario.

Y participan de acciones comunitarias en materia de trabajo y salud. Entienden al trabajo no sólo como una manera de obtener recursos económicos, sino también como una forma de sentirse parte de la sociedad, de sentirse activos y útiles. El trabajo como algo subjetivo, como hacer un aporte social.

Analizando las respuestas de los trabajadores de economía solidaria, podemos decir, primeramente, que no todos estuvieron de acuerdo en realizar la entrevista, algunos por vergüenza o apatía se negaron, a otros no pudimos entrevistarlos por estar de licencia.

De los que aceptaron, podemos decir que son 6 hombres y 2 mujeres. De entre 35 y 55 años de edad.

En cuanto a la motivación para participar como socios del emprendimiento, la mayoría de las respuestas fueron “una alternativa al desempleo” lo que muestra una dificultad en la inserción laboral, aunque superada con éxito, sobre todo teniendo en cuenta el rango de edades, y “el gusto de trabajar con otros” lo que se relaciona con la problemática en la que viven. De las otras posibles respuestas, ninguno optó por la “motivación social, filantrópica o religiosa” lo que habla de ausencia de interés por estos temas.

Sobre aspectos vinculados al trabajo en el emprendimiento, sienten que su trabajo es siempre valorado por sus compañeros. Esta opción fue elegida por 6 de los entrevistados, y ninguno optó por la opción de que nunca es valorado. Esto indica un fuerte lazo de compañerismo y apoyo.

En cuanto a la monotonía, cinco opinan que nunca es monótono, dos que a veces, y uno que siempre.

De la toma de decisiones, las opiniones están bien divididas entre quienes dicen que pueden tomar decisiones y quienes dicen que a veces solamente. Esto indica una percepción netamente personal sobre el tema, quedando claro que la vía jerárquica no es rígida y que si la hay permite cierto grado de flexibilidad. Hay libertad de acción.

Sólo uno de los entrevistados contesta que “a veces” se siente vigilado en el trabajo, los demás que no se sienten vigilados. Esto habla de confianza mutua, y de ausencia de mandos medios.

Con respecto a la valoración de la capacidad de trabajo, seis contestaron que siempre le reconocen capacidad y dos que sólo a veces.

Sobre el tipo de ambiente de trabajo, lo que podemos decir es que siete opinan que es por lo menos bueno, y uno que es regular.

Sobre los ingresos las opiniones están muy divididas, lo que puede estar indicando la situación económica de cada uno fuera del emprendimiento, y su satisfacción referente al ingreso obtenido.

Seis opinan que su emprendimiento es solidario, y dos que a veces, pero todos contestaron que recomendarían a un amigo trabajar en un emprendimiento asociativo.

Las respuestas para el punto 4 se volcaron mayoritariamente hacia que están de acuerdo o muy de acuerdo con las afirmaciones. Lo que muestra que en este emprendimiento se valoran la equidad, el respeto mutuo, la participación, las personas por sobre el capital. Y que todo esto lo experimenta cada uno de los participantes.

Todos optan por quedarse en el emprendimiento, a igual remuneración. Aunque hubo dos personas que contestaron que “si” se irían del emprendimiento, en la pregunta siguiente uno responde “porque es un trabajo conocido, tengo amigos y compañeros” y el otro “me siento bien con mis compañeros”, lo que indica que, en realidad no entendieron bien la pregunta, o fue mal formulada por nosotros al plantearla, porque es evidente que no están dispuestos a irse.

También hay que decir que todos comentaron que si le ofrecieran mayor remuneración por el mismo tipo de trabajo, se irían sin dudarlo.

En realidad, no es distinto de lo que contestaría cualquier trabajador. Porque teniendo un trabajo, si se le ofrece otro igual al que se tiene, lo recomendable es que se quede donde está, porque en el lugar nuevo tiene que comenzar de cero.

Los motivos para quedarse estuvieron centrados en el ambiente solidario que tienen en el trabajo, y que se sienten cómodos y a gusto en donde están ahora.

Con respecto a la satisfacción de necesidades, todos contestaron que le satisface necesidades más allá de las económicas. Los motivos fueron variados, y giraron sobre estar en contacto con gente, el compañerismo, ocupar el tiempo y la contención emocional.

Ninguno de ellos había escuchado hablar nunca de la economía solidaria antes de esta entrevista.

Opinan que la definición de la economía de solidaridad puede estar en la búsqueda de una sociedad más justa, o en experiencias del movimiento cooperativo, mayoritariamente.



CONCLUSIONES.


Desde el punto de vista del concepto de trabajo, en este emprendimiento no hay duda que se hace un aporte social. Hay una transformación interior del trabajador, tiene un sentido de utilidad. Implica un proceso de racionalidad. Primero pienso y luego ejecuto. Y por tanto existe trabajo, no es un lugar para curar enfermedades.

De la historia de su creación, podemos inferir que surge con un fuerte componente de solidaridad. Aunque los propios emprendedores y creadores no conozcan la economía solidaria.

Esto podría ser un argumento en contra de la viabilidad del concepto, es decir, no lo hacen en forma conciente. Esto mismo es su mayor fortaleza, porque se puede pensar que sin conocerlo lo están haciendo, y funciona.

Provienen de diferentes sectores, se llega por diferentes caminos. En este caso desde el camino del trabajo.

Creo que SUR YA, como otros emprendimientos, no tiene otra explicación para su funcionamiento y subsistencia que lo que Razeto llama Factor “C”. Esto explica que con factores productivos muy escasos logren mantenerse en el mercado y hacer del emprendimiento algo sustentable. Sólo puede explicarlo la fuerza de hacer algo en conjunto, con cooperación, de saber que no se está solo. Esto empieza a suplir las limitaciones de los otros factores.

Ellos están inmersos en el sistema capitalista, igual que todos, e intentan sobrevivir.

Además, unido a un sistema de relaciones laborales justo, a la eficiencia productiva aplicada al caso concreto, que impacta positivamente en la productividad, y a una cultura de trabajo, potencia enormemente cualquier esfuerzo conjunto.

Pero a la economía solidaria le falta mucho camino por recorrer, recién se está abriendo camino, y aunque está creciendo, no podemos dejar de reconocer que hasta los propios emprendedores que están insertos dentro de este tercer sector no lo conocen, y piensan en términos de economía clásica.

Es una esperanza, un deseo de mejorar, depende de nosotros. Lo que es seguro es que ya no es una utopía, como se dijo en el Foro Social Mundial de Porto Alegre, con su título de “Otro mundo es posible” y se le agrega “y acontece”, es decir sucede ahora, existe en este momento.



[1] Cfr. “Entrevista a Razeto” en www.neticoop.org.uy/article312

[2] Cfr. Mc Nall Burns, Edgard:”Civilizaciones de Occidente”. Buenos Aires. Siglo Veinte. 14º edición. Páginas 17 y 18.

[3] Cfr. “La Economía de Solidaridad: concepto, realidad y proyecto.”en www.redagora.org.ar/paginas

[4] Cfr. Guerra, Pablo: “Socioeconomía de la Solidaridad”. Montevideo. Nordan, 2002. Página 18.

[5] Cfr. “¿Qué es la economía solidaria?” en www.economiasolidaria.net.

[6] Cfr. Guerra, Pablo: “Socioeconomía de la Solidaridad”. Montevideo. Nordan. . Pág. 28.

[7] Cfr. “Charla con Razeto” en www.economiasolidaria.net/textos/elfactorc

[8] Cfr. Idem anterior., páginas 143 y 144.

[9] Cfr. Klein, Naomi: “Vallas y ventanas”. Barcelona. Paidós. 2002. Página 205.

[10] Cfr. Guerra, Pablo: “Socioeconomía de la Solidaridad”. Montevideo. Nordan. Páginas 194 y195.

[11] Cfr. Idem anterior, páginas 18 y 19.

[12] Cfr. Idem anterior, página 19.

[13] Cfr. Idem anterior, páginas 19 y 20.


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